Fotos de la Muestra para pensar
Queremos agradecer las fotos de la Muestra correspondientes al Primer piso dedicado al Modelo Agroexportador enviadas por Natalia Uccello y Florencia Curci de la Casa Nacional del Bicentenario. Estas fotos ilustran la metáfora del "granero del mundo" por un lado y el contraste y las desigualdades sociales entre un palacio de la oligarquía terrateniente y un conventillo de inmigrantes.
Marcas y Huellas
La aplicación de la Teoría de los Discursos Sociales de Eliseo Verón a la muestra "Economía y Política: 200 Años", presentada en la Casa del Bicentenario
martes, 15 de noviembre de 2011
jueves, 10 de noviembre de 2011
Actividad: la Casa del Bicentenario y la dimensión ideológica y del poder (Diego Feldman)
Esta actividad está diseñada para ser trabajada en grupos de forma presencial en el aula, posteriormente a haber visitado la muestra "Economía y Política: 200 Años".
Para contestar las consignas a esta actividad, es necesario leer primero los apuntes 'La Teoría de los Discursos sociales' y 'Semiosis de lo ideológico y el poder' publicados en este blog y creados especialmente.
Para contestar las consignas a esta actividad, es necesario leer primero los apuntes 'La Teoría de los Discursos sociales' y 'Semiosis de lo ideológico y el poder' publicados en este blog y creados especialmente.
El objetivo de esta actividad es aplicar los conceptos de lo ideológico y el poder al piso que trata de la economía agroexportadora en la muestra "Economía y política: 200 años de historia", que tiene lugar en la Casa Nacional del Bicentenario.
Observen con atención la siguiente imagen, que se exhibe en el pabellón dedicado al modelo agroexportador:
1. ¿A qué hace referencia la foto?
2. La fotografía fue tomada en 1995. Tengan en cuenta lo presentado en el siguiente hipervínculo:
¿Qué marcas pueden ver en las fotos que les remitan a las condiciones sociales (históricas) de entonces?
3. ¿Qué marcas en común pueden encontrar en la fotografía anterior y en las siguientes, que den cuenta las condiciones sociales de producción?
Sociedad Rural argentina, 1900 |
Videla en la inauguración de la muestra de la Sociedad Rural Argentina, 1976 |
Videla en la inauguración de la muestra de la Sociedad Rural Argentina, 1976 |
4. ¿Por qué piensan que las tres etapas que están representadas en las fotografías anteriores, que coinciden con las de la muestra del modelo agroexportador en la Casa del Bicentenario, están aglutinadas en un mismo piso? Observen el mapa de la muestra y expliquen la dimensión ideológica y especifiquen cuáles son las condiciones sociales de producción que hacen que esa sea la lógica de armado de la muestra (la distribución de los espacios) y no otra:
5. De acuerdo con su propia experiencia, lecturas, educación, es decir, desde sus propias condiciones sociales, propongan una nueva lógica de organizar una muestra de la historia económica y política de Argentina.
5. De acuerdo con su propia experiencia, lecturas, educación, es decir, desde sus propias condiciones sociales, propongan una nueva lógica de organizar una muestra de la historia económica y política de Argentina.
Semiosis de lo ideológico y el poder
En el apunte anterior detallamos las definiciones de semiosis social, y establecimos que los discursos son recortes espacio-temporales. Es decir, aparecen en condiciones histórico-sociales particulares. Detallamos también las definiciones de condición de producción y reconocimiento, y circulación. Es tiempo de ocuparse de un análisis en producción y en reconocimiento particulares: lo ideológico y el poder.
La ideología versus lo ideológico
Verón considera que la noción de ideología está viciada de lo que él llama obstáculos epistemológicos, marxistas e izquierdistas, al asociar esta noción a la de falsa conciencia. Es por eso que él propone hablar de la dimensión ideológica o lo ideológico.
Esta dimensión, de acuerdo a Verón, atraviesa a todos los discursos, sin exepción, incluso aquellos que son discursos sobre la ideología, a la que considera un concepto descriptivo de visiones del mundo. La dimensión ideológica está presente entonces en todos los discursos de alguna forma u otra. Esta dimensión es la que identifica ciertas marcas que serán huellas al relacionarse con sus condiciones de producción. Pero ojo, no con cualquiera: lo ideológico, para Verón, pone en relación a un discurso con sus condiciones SOCIALES de producción.
¿A qué se refiere Verón con las condiciones sociales de producción? Éstas serán aquellas condiciones de producción que traten exclusivamente de los mecanismos de base del funcionamiento social, y con éstos se refiere básicamente a las formas de producción, las relaciones sociales de dominación y desigualdad. Resumiendo, a las relaciones de clase.
Ejemplo:
El afiche está contextualizado en el Mayo Francés (Francia, 1968). Esta producción discursiva entonces tiene como condición social de producción una situación de desigualdad educativa que desembocaría en un movimiento de lucha estudiantil que iría a transformar a la sociedad francesa y la educación universitaria a nivel global.
Las dos pinturas precedentes, de Tulio Cralli, contienen varias marcas que, al relacionarlas con sus condiciones sociales de producción, se vuelven huellas de las operaciones de lo ideológico. Los motivos de los altos edificios, las máquinas, todo lo relacionado con la modernidad, son elementos que aparecen en el movimiento en el cual estas pinturas están inscriptas: el futurismo. Estos motivos son huellas, entonces de condiciones sociales de producción específicas: históricamente se está en la Italia de posguerra, ya fascista (del cual el futurismo fue sostén estético). Toman postura a favor de cierta forma de producción específica: la máquina como fuente del progreso.
El poder
La dimensión del poder es aquella que pone en relación a nuestro discurso-objeto (a todo discurso) con sus condiciones SOCIALES de reconocimiento. La forma en que éstas se hacen presente en un discurso es a través de efectos de sentido. El poder se hace presente a través de efectos de creencia. Un discurso, entonces, tendrá poder siempre que logre captar creencia y adhesiones. Siempre que hablemos de efectos estaremos hablando de la forma en que los discursos son recibidos/consumidos.
Verón afirma que hay dos efectos de sentido extremos que dan cuenta de la forma que éstos pueden adoptar para ganar creencia, y desde los cuales se puede analizar la dimensión del poder.
El efecto ideológico
El efecto ideológico es aquel que se construye a partir de discursos que se establecen como la única mirada posible sobre un tema en particular. El mecanismo que se utiliza es el borramiento de las condiciones de producción, que quedan ocultas. El ejemplo paradigmático del efecto ideológico es el discurso religioso. Éste se postula como la única visión que se tiene sobre la cosmogonía y la concepción del sujeto y la sociedad, y oculta el hecho de que responde a ciertas condiciones de producción. La dimensión del poder se hace presente en la fuerte creencia que un único discurso puede acarrear, a partir de ciertas condiciones sociales de lectura, en donde no se tiene acceso a otras visiones del mundo que escapen a éstas.
El efecto de cientificidad
A la inversa del anterior, el efecto de cientificidad construye su dimensión del poder, su fuerza de creencia, a partir de la exhibición de sus condiciones de producción. Es decir, al exponer de dónde es que se habla se da prueba de la efectividad de sus postulados. La ciencia genera de esta forma su creencia y de ahí adquiere poder. Otro ejemplo claro es el de las publicidades de productos de belleza, los cuales aparecen como "clínicamente comprobados". Es decir, exhibe sus condiciones de producción al decir que se habla desde un estudio empírico que prueba su eficiencia. Estos discursos en general tienen efectos de poder entre condiciones sociales de reconocimiento con más acceso informativo y mayor manejo de lenguaje científico.
La teoría de los discursos sociales
Todo hacer, producto, regla, valor, dicho sociales se pueden analizar desde varias dimensiones: lo económico, lo político, lo físico, y también desde lo que más nos interesa a nosotros: desde su sentido y significaciones. Entonces lo que a Verón le va a interesar trabajar es la dimensión significante de los fenómenos (hechos) sociales. A esta dimensión, que recorre a todos los fenómenos desde que el hombre es hombre y no animal, la llama semiosis social.
Claro que para poder exponer esta definición de semiosis social, Verón necesita trabajar con hipótesis. En su caso, ésta es doble y enuncia:
1) Toda dimensión siginficante es necesariamente social.
2) Todo fenómeno social es, en alguna de sus dimensiones, un fenómeno de sentido.
¿Qué quiere decir esto?
1) Un fenómeno de sentido, una significación, no tiene un origen en la persona, en el sujeto. El origen del sentido se da en la sociedad y circula por ella. Esto quiere decir que va adoptando distintas formas a medida que se va transmitiendo por discursos.
2) A su vez, no podemos decir que los fenómenos sociales sean independientes de este sentido que circula, o se genera dentro de la sociedad: cada uno de ellos encierra un sentido también.
¿Qué es la semiosis social?
La semiosis social es la dimensión significante de los fenómenos sociales. Es una red de significaciones compleja e indeterminada, en el sentido que no podemos preveer cómo los discursos van a circular por nuestra sociedad. Se va complejizando y haciendo más imponente al pasar el tiempo y en distintos espacios.
Con esto estamos diciendo que, a partir de un mismo referente, de aquello a lo que nos referimos y aquí vamos a llamar objeto, se pueden construir varias representaciones, asociaciones con otras cosas. Verón va a decir entonces que la realidad se construye socialmente, no está dada por fuera de la circulación del sentido.
Entonces, si es tan compleja e indeterminada, ¿cómo la analizamos?
Para analizarla necesitamos tomar un recorte de la semiosis, espacio-temporal. Este recorte es lo que vamos a llamar el discurso de análisis. A partir de ahí vamos a buscar marcas en la superficie de este discurso que nos llamen la atención porque van a remitir a otros discursos. De esta forma, vamos a dar cuenta de cómo circula el sentido.
Pero entonces, ¿qué es un discurso?
El discurso acá no se entiende como alguien que se para en un escenario con un micrófono y habla. Ese es un discurso, entre otros. El discurso, para nosotros, es un recorte de la semiosis: un "pedazo" de significaciones que dan vueltas por la sociedad de forma material.
Acá estamos enunciando un punto muy importante de la teoría: para Verón, el sentido tiene materialidad. Es decir, siempre habrá un soporte material para el sentido: imagen, sonido, palabras.
Todo aquello que nos rodea y que es posible de ser investida de sentido se nos dará a conocer con el término de materia sensible. Dado que no hay nada que no esté investido de sentido, porque todo lo que conocemos es parte de la vida social, entonces diremos que la materia sensible investida de sentido será materia significante.
El concepto de texto es toda materia significante organizada que sea posible de representar varios sentidos. Es decir, la principal característica de los textos (cualquiera de ellos, no sólo los escritos: una película, un videoclip, una fotografía, un cuadro, un graffiti en una pared) es su polisemia, la propiedad de poder abarcar varios sentidos. El texto es un concepto empírico: son los que existen de hecho.
El discurso, finalmente, es un concepto teórico. Es una construcción del analista. Es un recorte espacio-temporal de la semiosis social que nos permitirá ponerlo en relación con otros discursos.
¿Cómo analizamos discursos?
Podemos, a partir de comparar un discurso con otros, establecer dos tipos de análisis: en producción y en reconocimiento. En principio, los discursos se organizan de acuerdo a la siguiente forma, según Verón:
En donde el discurso que el analista recorta será el discurso-objeto, y se relacionará con sus condiciones de producción y reconocimiento. A partir de esto, podemos hacer los análisis en producción o en reconocimiento.
Análisis en producción
Las condiciones de producción se definen como restricciones que dan cuenta de la generación del discurso que se analiza, es decir el discurso-objeto. Son otros discursos anteriores.
Para hacer un análisis en producción se relevarán marcas, que son propiedades significantes en la superficie textual, que como tales no están relacionadas con otras. Esto quiere decir que por sí mismas no constituyen operaciones, que son relaciones entre marcas.
Una vez que la relación entre una marca y otra presente en las condiciones de producción de un discurso-objeto (una operación) está identificada, podemos hablar ya no de marca, sino de huella. El análisis en producción supone, entonces, la búsqueda de marcas que relacionen, en tanto huellas, al discurso-objeto con sus condiciones de producción.
Ejemplo:
El video anterior es una recopilación de la historieta V de Venganza, de Alan Moore. A partir de aquí llevaremos a cabo un análisis en producción:
1) El sentido en este discurso tiene materialidad: está en las imágenes, en el hecho de que está en formato de video, en las letras, en los colores.
2) Una marca es, aquí, el predominio de los colores oscuros y más en general, simples (blanco, negro, gris, rojo). Al identificarla con un discurso parte de sus condiciones de producción (remite a ciertas consignas políticas de tendencia totalitaria y, especialmente, nazifascista: el color rojo de la svástica, el color negro de los comandos de choque y los ejércitos de la SS y las camisas pardas), esta marca se vuelve huella: la relación ya está identificada.
3) Está representada, como marca, ciertas prácticas políticas: los discursos chocantes, símbolos y vestimentas, orden, gestos. Cuando los identifico con sus condiciones de producción, es decir las prácticas totalitarias, ya son huellas.
4) La dominación a través de los medios de comunicación, que cada hogar tenga una televisión y sean monitoreados a través del audio, son una marca. Se convierten en huellas al identificar su relación con las condiciones de producción: remiten al libro de George Orwell, 1984, el cual plantea una sociedad totalitaria de vigiliancia a partir de los medios de comunicación masivos.
5) El discurso de los protagonistas, de la libertad, y sus símbolos (la V en círculo), son una marca. Remiten a sus condiciones de producción y, al identificar esta relación se vuelven huella: remiten a ideologías libertarias o anarquistas. El símbolo es muy parecido al escudo anarquista.
Tal como se ve, el análisis requiere la comparación de dos discursos, entre los cuales uno de ellos es necesariamente anterior.
Análisis en reconocimiento
Definimos a las condiciones de reconocimiento como las restricciones que dan cuenta de las formas en que nuestro discurso-objeto es leído/recibido/consumido.
Dijimos que en el análisis en producción era necesario partir del discurso-objeto y volver a discursos anteriores, que eran condición de producción. El caso del reconocimiento es un caso inverso: se parte desde los discursos de reconocimiento, dentro de las condiciones de reconocimiento, para buscar las huellas que remitan a operaciones que las relacionen con el discurso-objeto. Cuando antes era el punto de partida, ahora el discurso-objeto es punto de llegada.
La metodología es la misma: se relevan marcas en el discurso de reconocimiento que, al identificarlas con el discurso-objeto, se convierten en huellas. La metodología es sencilla: tomamos al discurso de reconocimiento como discurso-objeto, y a nuestro discurso-objeto como su condición de producción. Esto es posible dado que, como afirmamos antes, la semiosis es indefinida y un discurso es un recorte de la misma, que se relaciona con otros discursos, y ellos con otros, y así indefinidamente.
Ejemplo:
Procedemos a un análisis en reconocimiento:
1) Como el anterior, el sentido aquí tiene materialidad en este discurso: es un audiovisual. La materia es imagen en movimiento y sonidos.
2) Una marca que remite al discurso-objeto es el título y los personajes: dan cuenta que este discurso de reconocimiento es lectura (desde otra óptica) de nuestro discurso-objeto, la historieta videizada. Al establecer esta relación, la marca pasa a ser huella.
3) Es importante destacar aquí que las referencias a las prácticas de gobiernos totalitarios son marcas en la superficie de este discurso. Podrían ser huellas al referirse a las mismas prácticas que aparecen en la historieta. Sin embargo, éstas refieren a otros discursos que no son la historieta y, por lo tanto, podemos no identificarlas como huella de nuestro discurso-objeto.
4) El hecho de que múltiples marcas estén presentes en un discurso de reconocimiento no quiere decir que todas ellas sean huella de las operaciones que las relacionan con un discurso-objeto. Esa es la gran diferencia con el análisis en producción: nosotros tomamos un sólo discurso como condición de producción, e ignoramos al resto de ellos.
Circulación
Un discurso no es nunca igual a sus condiciones de producción. A la vez, éstas nunca son idénticas a las condiciones de reconocimiento del primer discurso. Existe un desfasaje entre ellas. Este desfasaje se conoce como circulación, y sólo se puede dar cuenta de ésta al establecer un análisis comparativo. Existe el desfasaje porque los discursos surgen en distintos momentos históricos y sociales dentro de una comunidad. Esta relación se profundizará en el siguiente apunte: semiosis de lo ideológico y el poder.
Todo aquello que nos rodea y que es posible de ser investida de sentido se nos dará a conocer con el término de materia sensible. Dado que no hay nada que no esté investido de sentido, porque todo lo que conocemos es parte de la vida social, entonces diremos que la materia sensible investida de sentido será materia significante.
El concepto de texto es toda materia significante organizada que sea posible de representar varios sentidos. Es decir, la principal característica de los textos (cualquiera de ellos, no sólo los escritos: una película, un videoclip, una fotografía, un cuadro, un graffiti en una pared) es su polisemia, la propiedad de poder abarcar varios sentidos. El texto es un concepto empírico: son los que existen de hecho.
El discurso, finalmente, es un concepto teórico. Es una construcción del analista. Es un recorte espacio-temporal de la semiosis social que nos permitirá ponerlo en relación con otros discursos.
¿Cómo analizamos discursos?
Podemos, a partir de comparar un discurso con otros, establecer dos tipos de análisis: en producción y en reconocimiento. En principio, los discursos se organizan de acuerdo a la siguiente forma, según Verón:
En donde el discurso que el analista recorta será el discurso-objeto, y se relacionará con sus condiciones de producción y reconocimiento. A partir de esto, podemos hacer los análisis en producción o en reconocimiento.
Análisis en producción
Las condiciones de producción se definen como restricciones que dan cuenta de la generación del discurso que se analiza, es decir el discurso-objeto. Son otros discursos anteriores.
Para hacer un análisis en producción se relevarán marcas, que son propiedades significantes en la superficie textual, que como tales no están relacionadas con otras. Esto quiere decir que por sí mismas no constituyen operaciones, que son relaciones entre marcas.
Una vez que la relación entre una marca y otra presente en las condiciones de producción de un discurso-objeto (una operación) está identificada, podemos hablar ya no de marca, sino de huella. El análisis en producción supone, entonces, la búsqueda de marcas que relacionen, en tanto huellas, al discurso-objeto con sus condiciones de producción.
Ejemplo:
El video anterior es una recopilación de la historieta V de Venganza, de Alan Moore. A partir de aquí llevaremos a cabo un análisis en producción:
1) El sentido en este discurso tiene materialidad: está en las imágenes, en el hecho de que está en formato de video, en las letras, en los colores.
2) Una marca es, aquí, el predominio de los colores oscuros y más en general, simples (blanco, negro, gris, rojo). Al identificarla con un discurso parte de sus condiciones de producción (remite a ciertas consignas políticas de tendencia totalitaria y, especialmente, nazifascista: el color rojo de la svástica, el color negro de los comandos de choque y los ejércitos de la SS y las camisas pardas), esta marca se vuelve huella: la relación ya está identificada.
3) Está representada, como marca, ciertas prácticas políticas: los discursos chocantes, símbolos y vestimentas, orden, gestos. Cuando los identifico con sus condiciones de producción, es decir las prácticas totalitarias, ya son huellas.
4) La dominación a través de los medios de comunicación, que cada hogar tenga una televisión y sean monitoreados a través del audio, son una marca. Se convierten en huellas al identificar su relación con las condiciones de producción: remiten al libro de George Orwell, 1984, el cual plantea una sociedad totalitaria de vigiliancia a partir de los medios de comunicación masivos.
5) El discurso de los protagonistas, de la libertad, y sus símbolos (la V en círculo), son una marca. Remiten a sus condiciones de producción y, al identificar esta relación se vuelven huella: remiten a ideologías libertarias o anarquistas. El símbolo es muy parecido al escudo anarquista.
Tal como se ve, el análisis requiere la comparación de dos discursos, entre los cuales uno de ellos es necesariamente anterior.
Análisis en reconocimiento
Definimos a las condiciones de reconocimiento como las restricciones que dan cuenta de las formas en que nuestro discurso-objeto es leído/recibido/consumido.
Dijimos que en el análisis en producción era necesario partir del discurso-objeto y volver a discursos anteriores, que eran condición de producción. El caso del reconocimiento es un caso inverso: se parte desde los discursos de reconocimiento, dentro de las condiciones de reconocimiento, para buscar las huellas que remitan a operaciones que las relacionen con el discurso-objeto. Cuando antes era el punto de partida, ahora el discurso-objeto es punto de llegada.
La metodología es la misma: se relevan marcas en el discurso de reconocimiento que, al identificarlas con el discurso-objeto, se convierten en huellas. La metodología es sencilla: tomamos al discurso de reconocimiento como discurso-objeto, y a nuestro discurso-objeto como su condición de producción. Esto es posible dado que, como afirmamos antes, la semiosis es indefinida y un discurso es un recorte de la misma, que se relaciona con otros discursos, y ellos con otros, y así indefinidamente.
Ejemplo:
Procedemos a un análisis en reconocimiento:
1) Como el anterior, el sentido aquí tiene materialidad en este discurso: es un audiovisual. La materia es imagen en movimiento y sonidos.
2) Una marca que remite al discurso-objeto es el título y los personajes: dan cuenta que este discurso de reconocimiento es lectura (desde otra óptica) de nuestro discurso-objeto, la historieta videizada. Al establecer esta relación, la marca pasa a ser huella.
3) Es importante destacar aquí que las referencias a las prácticas de gobiernos totalitarios son marcas en la superficie de este discurso. Podrían ser huellas al referirse a las mismas prácticas que aparecen en la historieta. Sin embargo, éstas refieren a otros discursos que no son la historieta y, por lo tanto, podemos no identificarlas como huella de nuestro discurso-objeto.
4) El hecho de que múltiples marcas estén presentes en un discurso de reconocimiento no quiere decir que todas ellas sean huella de las operaciones que las relacionan con un discurso-objeto. Esa es la gran diferencia con el análisis en producción: nosotros tomamos un sólo discurso como condición de producción, e ignoramos al resto de ellos.
Circulación
Un discurso no es nunca igual a sus condiciones de producción. A la vez, éstas nunca son idénticas a las condiciones de reconocimiento del primer discurso. Existe un desfasaje entre ellas. Este desfasaje se conoce como circulación, y sólo se puede dar cuenta de ésta al establecer un análisis comparativo. Existe el desfasaje porque los discursos surgen en distintos momentos históricos y sociales dentro de una comunidad. Esta relación se profundizará en el siguiente apunte: semiosis de lo ideológico y el poder.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
La Casa Nacional del Bicentenario nos ayuda a buscar signos, marcas y huellas
La Casa Nacional del Bicentenario nos ayuda a cumplir nuestro objetivo pedagógico de ubicar y pensar signos, marcas y huellas en el Modelo Agroexportador de 1880-1916
A través de las fotos, objetos, frases, pinturas de la Muestra podemos contestar las preguntas de las Actividades propuestas y conocer nuestra Historia de una manera más entretenida y multimodal.
Economía y política. 200 años de historia
Asesores: Mario Rapoport, Alfredo Zaiat y Julio Fernández Baraibar
Buscando cruzar la documentación histórica con una mirada contemporánea, se incorporaron obras de los siguientes artistas:
Marie-Gabriel Biessy, Martín Bonadeo, Antonio Berni, Gabriela Bocchi, Alejandra Bocquel, Ernesto de la Cárcova, Ricardo Carpani, Juan Carlos Castagnino, Juan Carlos Distéfano, Diana Dowek, Fermín Eguía, Omar Estela, Roberto Fernández, León Ferrari, Carina Ferrari, Luis “Búlgaro” Freisztav, Karina Granieri, Norberto Gómez, Magdalena Jitrik, Alexandra Kehayoglou, Martín Kovensky, Geraldine Lanteri, Patricio Larrambebere, Marcos López, Liliana Maresca, Vicente Marotta, Juan Mathé, Marta Minujín, Eduardo Molinari, Daniel Ontiveros, Diego Perrotta, Cristina Piffer, Ricardo Pons, Juan Pablo Renzi, RES, Juan Carlos Romero, Graciela Sacco, Jorge de Santamaría y Alejandro Somaschini; y con la asesoría de Judith Gociol, se exhiben trabajos de los humoristas gráficos Calé, Roberto Fontanarrosa, Sergio Langer, Julio Málaga Grenet, Daniel Paz, Quino, Miguel Rep y Luis Guaragna, entre otros.
La documentación histórica y documental que integra la exhibición proviene del Archivo General de la Nación, Biblioteca Nacional, Biblioteca del Congreso de la Nación, Canal 7, canal Encuentro, Conabip, de los museos de la Deuda Externa, del Inmigrante, Ferroviario e Ingeniero White de Bahía Blanca, Palais de Glace, Museo Histórico Nacional, Archivo y Museo Histórico del Banco de la Provincia de Buenos Aires “Dr. Arturo Jauretche”, Biblioteca Prebisch y Biblioteca Tornquist del Banco Central, Museo Histórico y Numismático del Banco Central “Dr. Evaristo Uriburu (h)”, Museo de la Casa de la Moneda, INTA, Centro Cultural “Caras y Caretas”, Fundación YPF, Asociación Madres de Plaza de Mayo, AFP (agencia de noticias), ministerios de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, de Educación, de Industria, de Trabajo, de Agricultura y Pesca, ANSES, Federación Agraria Argentina, Diario La Nación, Casa Rosada, Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata.
Para la muestra, la producción audiovisual fue desarrollada por la Casa Nacional del Bicentenario; y por el Centro de Producción Audiovisual de la UNTREF y Alejandro Areal Vélez como realizadores invitados.
La Casa Nacional del Bicentenario agradece la colaboración de instituciones públicas y privadas, coleccionistas y artistas; y especialmente, a Isabel Puente y a la Asociación Amigos de la Casa Nacional del Bicentenario.
1er. piso
El Modelo Agroexportador
En esta planta, se desarrolla el modelo agroexportador, preponderante hasta la crisis de 1929, a través de sus bases económicas (la propiedad latifundista de la tierra), políticas (el debate liberalismo/proteccionismo), sociales (la conformación de una elite dominante y un proletariado inmigrante) e ideológicas (civilización/barbarie). Se exhibe también el resurgimiento del modelo neoliberal a partir de la dictadura de 1976, que interrumpió el proceso industrializador.
Temas:
-El Estado
-Dos visiones de país
-Granero del mundo
-Propiedad de la tierra
-La elite económica, política y cultural
-El conventillo
-La inmigración
-Civilización y barbarie
-Liberalismo y neoliberalismo
A través de las fotos, objetos, frases, pinturas de la Muestra podemos contestar las preguntas de las Actividades propuestas y conocer nuestra Historia de una manera más entretenida y multimodal.
Economía y política. 200 años de historia
Asesores: Mario Rapoport, Alfredo Zaiat y Julio Fernández Baraibar
Buscando cruzar la documentación histórica con una mirada contemporánea, se incorporaron obras de los siguientes artistas:
Marie-Gabriel Biessy, Martín Bonadeo, Antonio Berni, Gabriela Bocchi, Alejandra Bocquel, Ernesto de la Cárcova, Ricardo Carpani, Juan Carlos Castagnino, Juan Carlos Distéfano, Diana Dowek, Fermín Eguía, Omar Estela, Roberto Fernández, León Ferrari, Carina Ferrari, Luis “Búlgaro” Freisztav, Karina Granieri, Norberto Gómez, Magdalena Jitrik, Alexandra Kehayoglou, Martín Kovensky, Geraldine Lanteri, Patricio Larrambebere, Marcos López, Liliana Maresca, Vicente Marotta, Juan Mathé, Marta Minujín, Eduardo Molinari, Daniel Ontiveros, Diego Perrotta, Cristina Piffer, Ricardo Pons, Juan Pablo Renzi, RES, Juan Carlos Romero, Graciela Sacco, Jorge de Santamaría y Alejandro Somaschini; y con la asesoría de Judith Gociol, se exhiben trabajos de los humoristas gráficos Calé, Roberto Fontanarrosa, Sergio Langer, Julio Málaga Grenet, Daniel Paz, Quino, Miguel Rep y Luis Guaragna, entre otros.
La documentación histórica y documental que integra la exhibición proviene del Archivo General de la Nación, Biblioteca Nacional, Biblioteca del Congreso de la Nación, Canal 7, canal Encuentro, Conabip, de los museos de la Deuda Externa, del Inmigrante, Ferroviario e Ingeniero White de Bahía Blanca, Palais de Glace, Museo Histórico Nacional, Archivo y Museo Histórico del Banco de la Provincia de Buenos Aires “Dr. Arturo Jauretche”, Biblioteca Prebisch y Biblioteca Tornquist del Banco Central, Museo Histórico y Numismático del Banco Central “Dr. Evaristo Uriburu (h)”, Museo de la Casa de la Moneda, INTA, Centro Cultural “Caras y Caretas”, Fundación YPF, Asociación Madres de Plaza de Mayo, AFP (agencia de noticias), ministerios de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, de Educación, de Industria, de Trabajo, de Agricultura y Pesca, ANSES, Federación Agraria Argentina, Diario La Nación, Casa Rosada, Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata.
Para la muestra, la producción audiovisual fue desarrollada por la Casa Nacional del Bicentenario; y por el Centro de Producción Audiovisual de la UNTREF y Alejandro Areal Vélez como realizadores invitados.
La Casa Nacional del Bicentenario agradece la colaboración de instituciones públicas y privadas, coleccionistas y artistas; y especialmente, a Isabel Puente y a la Asociación Amigos de la Casa Nacional del Bicentenario.
1er. piso
El Modelo Agroexportador
En esta planta, se desarrolla el modelo agroexportador, preponderante hasta la crisis de 1929, a través de sus bases económicas (la propiedad latifundista de la tierra), políticas (el debate liberalismo/proteccionismo), sociales (la conformación de una elite dominante y un proletariado inmigrante) e ideológicas (civilización/barbarie). Se exhibe también el resurgimiento del modelo neoliberal a partir de la dictadura de 1976, que interrumpió el proceso industrializador.
Temas:
-El Estado
-Dos visiones de país
-Granero del mundo
-Propiedad de la tierra
-La elite económica, política y cultural
-El conventillo
-La inmigración
-Civilización y barbarie
-Liberalismo y neoliberalismo
Las marcas y huellas como signos
Tenemos que entender que las marcas y las huellas son signos. Nos informan, nos evidencian construcciones de sentido, ideologías, nos hablan de un otro, de tensiones y conflictos, de poderes. Son las bases en donde aparece un sujeto "situado", son señales de prácticas sociales, de mensajes con muchas interpretaciones. Son palabras e imágenes en juego a la busca de un lector o receptor.Esa es nuestra tarea, como un arqueólogo multimodal que busca descifrar enigmas y símbolos. Buscando una tabla roseta que muta a cada momento en tiempos mediáticos. Y la Historia también espera de esa interpretación en donde desarmemos escenografías y desmantelemos iconografías sepultadas por el paso del tiempo. Casi como un ritual de antropólogo, como una ceremonia en donde los viejos álbumes de fotos vuelvan a despertar.
Entre el signo y el símbolo
Etimología de signo
Al menos hipotéticamente, la palabra signo, a través del latín signum, viene del étimo griego secnom, raíz del verbo “cortar”, “extraer una parte de” (en aquel idioma).
La raíz primitiva parece indicar que “signo” sería algo que debía de referirse a una cosa mayor, de la cual había sido extraído: una hoja con relación a un árbol, un diente con relación a un animal, etc.
Lo simbólico
El ser humano siempre trató mediante “imágenes” de hacer una representación, lo más natural posible, de lo que sus ojos captaban.
Cuando la técnica pudo lograr una fijación perfecta de la imagen mediante una fotografía, las artes comenzaron a alejarse de lo realista.
Así, el primer grado de la interpretación (dibujo de contornos) se puede entender como una iconicidad; pero el segundo lleva ya significación y demanda una aportación intelectual más elevada.
Habrá que responder entonces a preguntas como ¿Qué se pretende con ello?, ¿Qué hay detrás de ello?.
Lo simbólico no tiene una lectura unívoca.Hay muchas lecturas y no una única interpretación.
Lo simbólico es un intermediario entre una realidad reconocible y un conocimiento invisible.
Paralelo a la significación existe una simplificación. Ej: Cruz de Cristo.
Entre el signo y el símbolo
Etimología de signo
Al menos hipotéticamente, la palabra signo, a través del latín signum, viene del étimo griego secnom, raíz del verbo “cortar”, “extraer una parte de” (en aquel idioma).
La raíz primitiva parece indicar que “signo” sería algo que debía de referirse a una cosa mayor, de la cual había sido extraído: una hoja con relación a un árbol, un diente con relación a un animal, etc.
Lo simbólico
El ser humano siempre trató mediante “imágenes” de hacer una representación, lo más natural posible, de lo que sus ojos captaban.
Cuando la técnica pudo lograr una fijación perfecta de la imagen mediante una fotografía, las artes comenzaron a alejarse de lo realista.
Así, el primer grado de la interpretación (dibujo de contornos) se puede entender como una iconicidad; pero el segundo lleva ya significación y demanda una aportación intelectual más elevada.
Habrá que responder entonces a preguntas como ¿Qué se pretende con ello?, ¿Qué hay detrás de ello?.
Lo simbólico no tiene una lectura unívoca.Hay muchas lecturas y no una única interpretación.
Lo simbólico es un intermediario entre una realidad reconocible y un conocimiento invisible.
Paralelo a la significación existe una simplificación. Ej: Cruz de Cristo.
Concepto de marca y huella
Concepto de marca y huella: conceptos útiles que nos brinda Eliseo Verón
“Todo análisis del sentido descansa sobre la hipótesis según
la cual el sistema productivo deja huellas en los productos y que
el primero puede ser (fragmentariamente) reconstruido a partir de
una manipulación de los segundos”.
Eliseo Verón
Las relaciones de un discurso con sus condiciones de producción (cómo se genera) y reconocimiento (cómo se lee y es percibido) se pueden representar de manera sistemática en forma de gramáticas, en la medida en que éstas describen las operaciones de asignación de sentido de las materias significantes. Así, la noción de operaciones remite a la relación entre el discurso y sus condiciones sociales e históricas. Es así como, en tanto que las condiciones sociales dejan marcas visibles en la superficie discursiva, dichas operaciones se pueden reconstruir. Una vez establecido el tipo de relación entre las marcas y sus condicionamientos sociales, podemos hablar de huellas de producción o de reconocimiento (Verón 1993: 129). ¿Cuál es la diferencia entre una marca y una huella? La marca tiene la vaguedad de la primeridad, de una sensación, una cualidad, lo primero que percibimos. La huella, en cambio, implica una relación específica: es un índice. Como se puede ver, la noción de operación se deriva del concepto mismo de discurso como producto del devenir histórico-social. No se puede aislar el discurso de las circunstancias en las que se produce para llevar a cabo el análisis, como pretenden ciertos encuadres lingüísticos. Por lo tanto, el concepto de operaciones es lo que justifica el postulado fundamental de la socio-semiótica: "analizando productos, apuntamos a procesos". Analizando un signo a través de una marca que se transforma en huella podemos dilucidar un proceso histórico social. El ferrocarril, los inmigrantes, Roca, las marchas y movilizaciones sociales, un modelo oligárquico, los contrastes sociales son señales para ser leídas en clave semiótica. Nos invita a leer entre líneas, animarnos a realizar segundas lecturas y a desarmar lo que parece inocente del discurso histórico.
“Todo análisis del sentido descansa sobre la hipótesis según
la cual el sistema productivo deja huellas en los productos y que
el primero puede ser (fragmentariamente) reconstruido a partir de
una manipulación de los segundos”.
Eliseo Verón
Las relaciones de un discurso con sus condiciones de producción (cómo se genera) y reconocimiento (cómo se lee y es percibido) se pueden representar de manera sistemática en forma de gramáticas, en la medida en que éstas describen las operaciones de asignación de sentido de las materias significantes. Así, la noción de operaciones remite a la relación entre el discurso y sus condiciones sociales e históricas. Es así como, en tanto que las condiciones sociales dejan marcas visibles en la superficie discursiva, dichas operaciones se pueden reconstruir. Una vez establecido el tipo de relación entre las marcas y sus condicionamientos sociales, podemos hablar de huellas de producción o de reconocimiento (Verón 1993: 129). ¿Cuál es la diferencia entre una marca y una huella? La marca tiene la vaguedad de la primeridad, de una sensación, una cualidad, lo primero que percibimos. La huella, en cambio, implica una relación específica: es un índice. Como se puede ver, la noción de operación se deriva del concepto mismo de discurso como producto del devenir histórico-social. No se puede aislar el discurso de las circunstancias en las que se produce para llevar a cabo el análisis, como pretenden ciertos encuadres lingüísticos. Por lo tanto, el concepto de operaciones es lo que justifica el postulado fundamental de la socio-semiótica: "analizando productos, apuntamos a procesos". Analizando un signo a través de una marca que se transforma en huella podemos dilucidar un proceso histórico social. El ferrocarril, los inmigrantes, Roca, las marchas y movilizaciones sociales, un modelo oligárquico, los contrastes sociales son señales para ser leídas en clave semiótica. Nos invita a leer entre líneas, animarnos a realizar segundas lecturas y a desarmar lo que parece inocente del discurso histórico.
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